Descripción:
Merecidamente uno de los arces japoneses más populares. Su follaje es de un llamativo color carmesí a lo largo de los meses de verano que se vuelve rojo brillante en el otoño, ideal para un jardín pequeño para traer un cambio de color fuerte con las estaciones..
Alcanzan una altura de 5-12 metros con numerosas ramas ligeramente caedizas que contienen hojas palmeadas, muy regulares, de 5, 7, 9 u 11 lóbulos enteros o finamente recortados. Posee numerosas variedades que varían del verde al amarillo dorado y al rojo púrpura. Su crecimiento es bastante lento, característica que hace que se emplee para el cultivo en bonsáis.
Cultivo:
Necesitan un suelo arenoso y fresco, no calcáreo, y, en su defecto, tierra de brezo; se desarrollan mejor en emplazamientos a media sombra que en pleno sol, ya que este deteriora sus hojas. Su rusticidad es excelente.
Necesita bastante humedad, tanto en el ambiente como en suelo, por lo que necesita condiciones muy especificas siendo su cultivo dificultoso, sino se le da las condiciones apropiadas. No necesita poda ya que al ser un arbusto ramifica desde bien bajo por lo que no se le ha de podar para dejarle tronco.
Multiplicación:
Su multiplicación es por acodo o esqueje si se quiere mantener las características de la planta madre, sino, puede hacerse mediante semillas, teniendo en cuenta que la viabilidad es corta.
Usos:
Su usa en jardinería como arbusto de soto bosque, de forma aislada o en agrupaciones. También se cultiva en maceta, aumentando de forma considerable sus necesidades de humedad y riegos.
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